HACIA UNA NUEVA VISIÓN DE LO PATRIMONIAL
Desde hace algunos años, se están produciendo profundos cambios en relación a la idea del patrimonio y lo patrimonial, que implican nuevos planteamientos, no sólo en la ampliación del propio concepto y alcance del término, sino nuevas formas de actuación en relación a éste.
Claramente se ha pasado de una preocupación parcial y específica de la protección del patrimonio, registrando casi exclusivamente el conocido como “patrimonio histórico-arquitectónico”, a una visión global y generalista que reconoce la construcción del territorio como la componente intrínseca del haber patrimonial. La incorporación dentro del concepto de patrimonio de ámbitos más amplios y extensivos que permiten pasar de la valoración concreta de lo arquitectónico y lo urbano a la valoración territorial, está suponiendo la superación de una etapa inmovilista de entendimiento del patrimonio edificado como objeto de contemplación y deleite para adentrarse en la incorporación activa de éste a los procesos de desarrollo, es decir entender el patrimonio territorial como soporte de desarrollo económico y social de un ámbito concreto.
Consecuencia directa de ello es la ampliación del concepto de patrimonio, no sólo en su escala dimensional sino, también, a otras escalas temáticas y estructurales. Así, de la idea fragmentaria y parcial, relacionada con una serie de elementos discretos, reconocibles y aislados fruto de una valoración diversa y sesgada de la historia, discontinua, construida a retazos, primando en muchos casos determinados aspectos, se pasa a otra de mayor complejidad que implica su entendimiento como una realidad cambiante que supera con creces su conceptualización vinculada en el siglo XIX a la preservación de monumentos, jardines históricos o aquello que posee un determinado valor histórico-artístico para incorporar además los territorios adjetivados como patrimoniales.
Un paso más y definitivo ha sido la consideración de un nuevo bien designado con el término de Paisaje Cultural ligado a un concepto de lo patrimonial que aborda el ambiente urbano y la trama urbana, pero también, aquellos lugares naturales que poseen valores ambientales y una gran significación cultural, produciéndose de este modo una relación cada vez más estrecha entre el patrimonio cultural y natural. Esta ampliación del concepto de bien cultural a su entorno se va a producir como consecuencia de un sentimiento social de pérdida de lugares y espacios representativos del patrimonio natural por los que se tiene en alta estima y que se encuentran hoy en permanente transformación y riesgo.
Pese a ello, y a que cada vez más voces se alzan en este sentido, sigue predominando una consideración restrictiva y en la mayor parte de los casos finalista. De modo que son aquellos aspectos centrados exclusivamente en el sentido interno de los objetos o bienes culturales los que se convierten en la mayoría de las ocasiones, en el centro de atención durante el desarrollo del proyecto patrimonial, estrechamente vinculado al acervo de obras apreciadas como valiosas y legítimas, respaldadas por su prestigio histórico y simbólico. Esto implica una manera de conceptualizar el patrimonio en mayor o menor medida de una forma estática que desconsidera o deja a un lado esa componente más amplia de lo patrimonial que hace referencia a su concepción como algo esencialmente ilimitado, permanentemente abierto y que alude a la restricción de lo inventariable.
HACIA UNA NUEVA CULTURA DEL AGUA
(extracto del programa “natural-mente” de rtve2)
Una de las claves de la nueva cultura del agua se basa en entender que igual que los bosques no son almacenes de madera, los ríos no son canales de H20. Son ecosistemas vivos. Una sociedad moderna debe lanzarse a recuperar la salud de sus bosques y ríos, no sólo por razones ecológicas, sino económicas y sociales.
Se han sobreexplotado en cantidad y calidad los ríos. Se consideraron durante décadas como cloacas a cielo abierto. Pero pese a que esta tendencia está cambiando, no ha bajado la extensión de los regadíos, la extensión de los campos de golf, la extensión del urbanismo depredador con jardines y piscinas. Es ahí donde cabría incidir y dar marcha atrás para encontrar la virtud de un planteamiento sostenible a largo y medio plazo.
En este contexto territorial, la cultura juega un papel fundamental. Cultura como producto del trabajo del hombre y del entorno en que se desenvuelve. Las manifestaciones diversas que se expresan en hechos, conceptos, obras, productos, resultados y relaciones que los hombres desarrollan en un proceso dinámico de producción e interlocución. El conjunto de manifestaciones y rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo social en un periodo determinado, englobando los modos de vida, ceremonias, arte, invenciones, tecnología, sistemas de valores, derechos fundamentales, tradiciones, ritos, prácticas y creencias. En definitiva la base para la supervivencia de una sociedad, aquello que constituye los reglamentos sobre los cuales se fundamentan las acciones que un grupo de personas intercambia para adaptarse al medio y satisfacer sus necesidades.
Partiendo de que el territorio es a la vez soporte y fuente de inspiración de estas expresiones culturales, el gran depositario de la cultura de los pueblos y las sociedades que lo han ocupado, controlado, adaptado y habitado a lo largo de la historia, podemos definir el territorio como una estructura física y simbólica, que habla de la particular forma en que se divide el espacio, los lugares físicos que lo determinan y las redes que existen para su comunicación, junto al conjunto de saberes y conocimientos de una sociedad que marcan las conductas, formas de relación social, las ideas y proyectos de futuro entre otros.
Nuevas visiones territoriales
EL PROYECTO
Todo lo anteriormente expresado queda patente en el área de estudio que se propone para el desarrollo del taller.
El territorio objeto de estudio para este curso 2011/2012 será la Vega del Genil del término municipal de Palma del Río, en la provincia de Córdoba, como ampliación de lo desarrollado el curso pasado en la Vega de éste entre Pinos Puente y Granada.
Se trata de un territorio antropizado que el Plan General de Ordenación Urbana define como SUELO NO URBANIZABLE DE HÁBITAT RURAL DISEMINADO que, como nueva categoría de suelo creada por la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía, incluye los ocho asentamientos netamente rurales existentes en el municipio de Palma del Río a los que denomina Pagos de Huerta.
Arriel
La Barqueta
El Carrascal
La Graja
El Mohíno
Pedro Díaz
La Pimentada
El Pisón
El Rincón
Zonas que fueron concebidas con unas pautas territoriales inteligentes que se adaptaban a las épocas de sequía y a las periódicas inundaciones que se entendían, ambas, como aportaciones de riqueza y que, en un momento de desarrollo incontrolado, se quiebran las reglas que fueron pactadas y aceptadas, entre hombre y naturaleza y que provocan desequilibrios difícilmente estabilizables. El futuro tendrá luz cuando se vea lo territorial como la interacción en el espacio de los requerimientos sociales como las preexistencias creadas por las condiciones naturales y la memoria histórica. Como fusión de naturaleza, cultura y técnica, que conduzca al enriquecimiento del espacio en cada tiempo. En este sentido, la aproximación que se haga desde el proyecto debe entenderse no desde una actitud conservadora que implique llevar el lastre de la tradición impidiendo nuevos lenguajes, sino que, partiendo de la consideración de que si bien la memoria del transcurrir histórico, incorporada en la construcción del territorio, constituye la personalidad de una determinada comunidad y hace que sea ésa y no otra -del mismo modo que la biografía de un individuo conforma su personalidad que lo hace distinguirse de los demás- esta personalidad debe contribuir al enriquecimiento de las opciones de futuro y no a su empobrecimiento.
El necesario acomodo, entre las necesidades de futuro y la preservación de la cultura adquirida, conlleva que la interpretación de la construcción del territorio deba hacerse por cada generación, desde la perspectiva de la cultura de su propio contexto temporal y de acuerdo a sus ideales de futuro. Este acomodo de lo transmitido a los fines y necesidades de cada momento, propio de todos los lenguajes, resulta aún más evidente en el caso del territorio por su peculiaridad de ser susceptible de habitabilidad, a cuyas necesidades debe necesariamente acomodarse en cada espacio temporal. De ahí que la interpretación revitalizadora de la construcción sobre algo heredado debe superar la pura descripción analítica desde el punto de vista geográfico, histórico o cultural y su posible plasmación meramente defensiva en catálogos de protección, para encontrar respuestas innovadoras capaces de insertar la riqueza de la sabiduría local en los más novedosos planes de futuro.
Es por esto que en este momento, conservación y desarrollo ya no pueden ser entendidos como términos y circunstancias antagónicas. Muy al contrario son realidades que necesariamente han de compatibilizarse para poder aplicar nuevas formas de valoración, ordenación, explotación y gestión. El patrimonio cultural debe, por tanto, incorporarse y formar parte de la actividad económica de un lugar y caracterizar formas de desarrollo endógeno. Asentado sobre las bases de la sostenibilidad, es el propio territorio, en cuanto patrimonio, el que adquiere la condición de recurso y el lugar donde se materializan los sistemas ecológicos, donde toma coherencia el todo y la diversidad y, por tanto, donde lo patrimonial cobra todo su sentido.
Por otro lado, el plan prevé proponer para estos asentamientos las medidas necesarias para la conservación de sus características tradicionales edificatorias, arquitectónicas, de usos, etc., impidiendo su extensión, excepto en el caso de El Mohíno, así como su transformación o conversión en segunda residencia sin vinculación con la actividad agrícola. Del mismo modo, el Plan propondrá normas sobre las condiciones de urbanización y, excepcionalmente, preverá la implantación de algunas pequeñas dotaciones urbanísticas.
EL TRABAJO
Con todo ello, el trabajo de curso para el primer cuatrimestre consistirá en:
J 29 septiembre - Presentación del taller
V 30 septiembre - Introducción al proyecto
J 06 octubre - Revisión de material previo
V 07 octubre - Revisión de material previo
J 13 octubre - Visita Palma del Río
V 14 octubre - Trabajo de taller
J 20 octubre - Trabajo de taller
V 21 octubre - Revisión proyectos cursos anteriores
J 27 octubre - Trabajo de taller
V 28 octubre - Clase teórica
J 03 noviembre - Trabajo de taller
V 04 noviembre - Clase teórica
J 10 noviembre - Trabajo de taller
V 11 noviembre - Trabajo de taller
J 17 noviembre - Trabajo de taller
V 18 noviembre - Trabajo de taller
J 24 noviembre - Entrega fase percepción ambiental, mapa y objetivos
V 25 noviembre - Trabajo de taller
S 26 noviembre / V 02 diciembre - Workshop internacional
J 15 diciembre - Trabajo de taller
V 16 diciembre - Entrega trabajo workshop ampliado individualmente
El agua como un ecosistema vivo, ha de ser gestionado con eficacia sin someterse a su explotación depredadora. La nueva cultura del agua pasa por un uso sostenible del medio.
Resulta urgente dejar de pensar en los ríos como simples canales por los que discurre el agua de la que nos abastecemos. Los ríos representan el sistema sanguíneo de nuestra naturaleza. Son las arterias del planeta. Resulta imprescindible que se respeten sus cauces ecológicos y se mantengan los ecosistemas acuáticos.
BASE CONCEPTUAL
TERRITORIO. Desde estas premisas, es importante entender que nuestros territorios, son un complejo palimpsesto donde la acumulación a lo largo del tiempo de capas y capas de procesos sucesivos han dado lugar a la sedimentación de un territorio de una gran complejidad social e histórica y que sobre cualquier territorio, cada una de las sociedades que lo han habitado y construido en el tiempo han dejado su huella cultural, cuyo rastreo se puede percibir y entender: sus criterios de implantación, la forma de organización social y territorial, los mecanismos de adaptación al entorno, los progresos técnicos empleados para superar las adversidades,… un compendio de estrategias que definen la estructura base del actual sistema territorial.
EL FUTURO. En estos momentos en el que asistimos a un proceso acelerado de destrucción del territorio que está fomentando la pérdida irreparable de gran parte del patrimonio cultural, material y natural y de la cultura del territorio que lo ha hecho posible, este taller se propondrá arrojar luz acerca de estos presupuestos, intentando definir la situación actual, los criterios metodológicos de aproximación al conocimiento de estos espacios culturales en toda su dimensión y sobre todo que respuestas como arquitectos podemos dar a las situaciones de conflicto a las que asistimos con la finalidad última y primordial de propiciar su preservación para las generaciones venideras y su puesta en valor para las que ahora lo disfrutan.
El futuro del planeta está en la preservación de los territorios con cultura, con discurso y con propósito colectivo y hacer que esta forma de mirar se afiance como una nueva cultura del territorio, consientes de que es, a partir de estas expresiones, desde donde pueden construirse discursos claros, positivos, propositivos y participados por una ciudadanía que ha de estar implicada y comprender que cuando un territorio o un paisaje irrepetible se pierde, desaparece una parte importante de su cultura y de su historia.
Como dijo Amin Maalouf en su discurso como premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2010:
“La cultura no es un lujo que podamos permitirnos sólo en épocas faustas. Su misión es formular preguntas esenciales. ¿Quiénes somos? ¿Dónde vamos? ¿Qué pretendemos construir? ¿Qué sociedad? ¿Qué civilización? ¿Y basadas en qué valores? ¿Cómo usar los recursos gigantescos que nos brinda la ciencia? ¿Cómo convertirlos en herramientas de libertad y no de servidumbre?Este papel de la cultura es aún más crucial en épocas descarriadas. Y la nuestra es una época descarriada. Si nos descuidamos, este siglo recién empezado será un siglo de retroceso ético; lo digo con pena, pero no a la ligera. Será un siglo de progresos científicos y tecnológicos, no cabe duda. Pero será también un siglo de retroceso ético. Se recrudecerán las afirmaciones identitarias, violentas en muchísimas ocasiones y, en muchísimas ocasiones, retrógradas; se debilita la solidaridad entre naciones y dentro de las naciones; pierde fuelle el sueño europeo; se erosionan los valores democráticos; se recurre con excesiva frecuencia a las operaciones militares y a los estados de excepción… Abundan los síntomas.Ante este retroceso incipiente, no tenemos derecho a resignarnos ni ceder el paso a la desesperación. Hoy en día lo que honra a la literatura y lo que nos honra a todos es el intento de entender las complejidades de nuestra época y de imaginar soluciones para que sea posible seguir viviendo en nuestro mundo. No tenemos planeta de recambio, sólo tenemos esta veterana Tierra, y es deber nuestro protegerla y hacerla armoniosa y humana”.Aminn Maalouf. 22 de octubre de 2010.
PALMA DEL RÍO [Los Pagos de Huerta]
Todo lo anteriormente expresado queda patente en el área de estudio que se propone para el desarrollo del taller.
El territorio objeto de estudio para este curso 2011/2012 será la Vega del Genil del término municipal de Palma del Río, en la provincia de Córdoba, como ampliación de lo desarrollado el curso pasado en la Vega de éste entre Pinos Puente y Granada.
Se trata de un territorio antropizado que el Plan General de Ordenación Urbana define como SUELO NO URBANIZABLE DE HÁBITAT RURAL DISEMINADO que, como nueva categoría de suelo creada por la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía, incluye los ocho asentamientos netamente rurales existentes en el municipio de Palma del Río a los que denomina Pagos de Huerta.
Arriel
La Barqueta
El Carrascal
La Graja
El Mohíno
Pedro Díaz
La Pimentada
El Pisón
El Rincón
Zonas que fueron concebidas con unas pautas territoriales inteligentes que se adaptaban a las épocas de sequía y a las periódicas inundaciones que se entendían, ambas, como aportaciones de riqueza y que, en un momento de desarrollo incontrolado, se quiebran las reglas que fueron pactadas y aceptadas, entre hombre y naturaleza y que provocan desequilibrios difícilmente estabilizables. El futuro tendrá luz cuando se vea lo territorial como la interacción en el espacio de los requerimientos sociales como las preexistencias creadas por las condiciones naturales y la memoria histórica. Como fusión de naturaleza, cultura y técnica, que conduzca al enriquecimiento del espacio en cada tiempo. En este sentido, la aproximación que se haga desde el proyecto debe entenderse no desde una actitud conservadora que implique llevar el lastre de la tradición impidiendo nuevos lenguajes, sino que, partiendo de la consideración de que si bien la memoria del transcurrir histórico, incorporada en la construcción del territorio, constituye la personalidad de una determinada comunidad y hace que sea ésa y no otra -del mismo modo que la biografía de un individuo conforma su personalidad que lo hace distinguirse de los demás- esta personalidad debe contribuir al enriquecimiento de las opciones de futuro y no a su empobrecimiento.
El necesario acomodo, entre las necesidades de futuro y la preservación de la cultura adquirida, conlleva que la interpretación de la construcción del territorio deba hacerse por cada generación, desde la perspectiva de la cultura de su propio contexto temporal y de acuerdo a sus ideales de futuro. Este acomodo de lo transmitido a los fines y necesidades de cada momento, propio de todos los lenguajes, resulta aún más evidente en el caso del territorio por su peculiaridad de ser susceptible de habitabilidad, a cuyas necesidades debe necesariamente acomodarse en cada espacio temporal. De ahí que la interpretación revitalizadora de la construcción sobre algo heredado debe superar la pura descripción analítica desde el punto de vista geográfico, histórico o cultural y su posible plasmación meramente defensiva en catálogos de protección, para encontrar respuestas innovadoras capaces de insertar la riqueza de la sabiduría local en los más novedosos planes de futuro.
Es por esto que en este momento, conservación y desarrollo ya no pueden ser entendidos como términos y circunstancias antagónicas. Muy al contrario son realidades que necesariamente han de compatibilizarse para poder aplicar nuevas formas de valoración, ordenación, explotación y gestión. El patrimonio cultural debe, por tanto, incorporarse y formar parte de la actividad económica de un lugar y caracterizar formas de desarrollo endógeno. Asentado sobre las bases de la sostenibilidad, es el propio territorio, en cuanto patrimonio, el que adquiere la condición de recurso y el lugar donde se materializan los sistemas ecológicos, donde toma coherencia el todo y la diversidad y, por tanto, donde lo patrimonial cobra todo su sentido.
Por otro lado, el plan prevé proponer para estos asentamientos las medidas necesarias para la conservación de sus características tradicionales edificatorias, arquitectónicas, de usos, etc., impidiendo su extensión, excepto en el caso de El Mohíno, así como su transformación o conversión en segunda residencia sin vinculación con la actividad agrícola. Del mismo modo, el Plan propondrá normas sobre las condiciones de urbanización y, excepcionalmente, preverá la implantación de algunas pequeñas dotaciones urbanísticas.
EL TRABAJO
Con todo ello, el trabajo de curso para el primer cuatrimestre consistirá en:
- Realizar un primer acercamiento de percepción ambiental a los Pagos de Huerta que permita estudiar las relaciones del hombre con el territorio que habita, dotándolo de significados en función de sus necesidades, oportunidades, etc. según un proceso intelectual que dará como resultado un Paisaje, entendido como experiencia perceptiva de los individuos (personal o colectiva) en el contexto de una relación sistémica donde el observador y lo observado se unen como parte de una misma entidad.
- Identificado este paisaje, se realizará, en grupos, un mapa de la realidad subjetiva apreciada, recogiendo en él toda la información recogida, tanto física como intangible o emocional de este territorio, entendido ya como paisaje cultural de naturaleza polisémica, con múltiples sentidos y escalas, con una dimensión objetiva indefectiblemente asociada a otra subjetiva.
- Se detectarán las oportunidades del mismo, marcando objetivos, intereses y ambiciones que quedarán reflejados en un proyecto territorial amplio.
- En unión a estudiantes de otras universidades, se realizará un taller donde, por espacio de una semana, se realizará una intervención específica en cada uno de los Pagos de Huerta declarados.
- Se realizará un proyecto específico de manera individualizada atendiendo a los planteamientos anteriores.
J 29 septiembre - Presentación del taller
V 30 septiembre - Introducción al proyecto
J 06 octubre - Revisión de material previo
V 07 octubre - Revisión de material previo
J 13 octubre - Visita Palma del Río
V 14 octubre - Trabajo de taller
J 20 octubre - Trabajo de taller
V 21 octubre - Revisión proyectos cursos anteriores
J 27 octubre - Trabajo de taller
V 28 octubre - Clase teórica
J 03 noviembre - Trabajo de taller
V 04 noviembre - Clase teórica
J 10 noviembre - Trabajo de taller
V 11 noviembre - Trabajo de taller
J 17 noviembre - Trabajo de taller
V 18 noviembre - Trabajo de taller
J 24 noviembre - Entrega fase percepción ambiental, mapa y objetivos
V 25 noviembre - Trabajo de taller
S 26 noviembre / V 02 diciembre - Workshop internacional
J 15 diciembre - Trabajo de taller
V 16 diciembre - Entrega trabajo workshop ampliado individualmente